¿Alguien se ha fijado en la foto de la portada?
¿Alguien sabría decirme donde se encuentra esta casa que parece sacada de un cuento de hadas?
Aquí es donde empezó todo: mi vida en Madrid, mi familia en Madrid y mis paseos por Madrid. Y desde aquí es donde empezaré a escribir en mi blog, dedicado a las familias que disfrutan como yo, paso tras paso, día tras día, de esta sorprendente y dinámica ciudad.
Hace diez años, buscando en mis planos turísticos un barrio donde comprar casa -no existían aún los buscadores de pisos on-line: las únicas herramientas a disposición eran el periódico semanal “Segundamano”, el teléfono para contactar con los anunciantes y mucho tiempo a disposición para visitar centenares de pisos, la mayoría de ellos bien diferentes de cómo eran presentados en las páginas escritas- y ya desesperada por la infructuosa y larga búsqueda, llegué a través de un amigo a este barrio desconocido que se salía de todos los callejeros entonces en vigor: la Alameda de Osuna.
Nada más llegar allí, me crucé con unos policías y me acuerdo de que les pregunté en mi entonces incierto español si se cometían muchos delitos en esta zona; ellos, notando mi acento extranjero y el temor en mis ojos, me dijeron sonriendo que era un barrio muy tranquilo. Creo que, aunque no lo hubiese sido, me habrían contestado de la misma manera para intentar infundirme un poco de seguridad frente a mi total desorientación.
Empecé a caminar por esas calles y callejuelas cuyos nombres me resultaban del todo nuevos y por casualidad leí el cartel que indicaba el acceso al recinto donde está ubicada la casa de la foto. Era un domingo, ya casi al atardecer -dos coincidencias fortuitas a tener en cuenta, a posteriori, ya que el recinto sólo está abierto los fines de semanas y festivos y cierra muy pronto en invierno– y, curiosa por naturaleza, convencí a mi marido a entrar para “echar un vistazo”.
Enseguida me enamoré del sitio y ya no tuve dudas: tenía que residir muy cerca de allí (¡y si hubiera podido dentro de esa misma casita!) para poder disfrutar con cierta frecuencia de ese lugar encantador. Mi fantasía desenfrenada empezó a ponerse a trabajar: ya me imaginaba paseando por allí con unos niños que todavía no existían o simplemente leyendo un libro romántico, sentada en un banco, a la sombra de un olmo.
Corría el año 2002 y pocos madrileños, incluido mi marido, conocían este mágico jardín que con el tiempo ha ido mejorando y haciéndose cada vez más popular.
Hace diez años no había plazas para aparcar el coche, hace diez años el campo de futbol de enfrente era de tierra y polvo, hace diez años no existía línea de metro, hace diez años no se organizaban eventos dentro del recinto y hace diez años no hacían falta tornos para regularizar el acceso del público.
Diez años después, vuelvo andando junto con mi familia, “a piedi en familia”, por este lugar, un oasis de paz y serenidad, para poder relajar la mente y dejar correr mi imaginación. Se trata de mi rincón favorito y por todo los que os he contado me parecía justo y merecido ponerlo en la portada de mi blog, al inicio de esta aventura por el mundo virtual así como en su día marcó el inicio de mi aventura por el mundo real madrileño!
P.S.: A lo largo de este cuento, os he ido dando muchas pistas: ¿ya sabéis donde se encuentra esta casita?
¡La solución, en el próximo post! [Continuará… ]
Parque El Capricho
Me gustaMe gusta
Siiiii, en el Parque del Capricho… lo recuerdo perfectamente, fue el primer sitio donde me llevo mi Marido a dar nuestro primer paseo romantico…..
Me gustaMe gusta
Pingback: Castillo de la Alameda: La E y la espera | Aliapiedi... por Madrid en familia
Pingback: El Capricho | Aliapiedi... por Madrid en familia