Hace poco más de un año, cuando estrené esta familiar aventura bloguera, declaraba abiertamente, sin complejos y sin vergüenza, mi auténtica pasión, mi repentino enamoramiento y mi eterno coup de foudre… ¡por un jardín!: El Capricho. Sigue leyendo
Hace poco más de un año, cuando estrené esta familiar aventura bloguera, declaraba abiertamente, sin complejos y sin vergüenza, mi auténtica pasión, mi repentino enamoramiento y mi eterno coup de foudre… ¡por un jardín!: El Capricho. Sigue leyendo